miércoles, 26 de octubre de 2011

Noche

Hoy quise gritar pero la voz estaba apagada.

Esta noche quise llorar pero para mi sorpresa no existian lagrimas que acudisen a los ojos.


Es curioso como en cada momento de nuestra existencia hay algo para cada situación, pero que cuando realmente nuestra alma lo implora no seamos capaz de darselo.



Hoy quería paz, y ni siquiera en el simple gesto de encender un cigarro pude encontrarlo.





Curioso instinto ese que tenemos, de desear aquello que no podemos obtener.